Instituto Cristífero

“Para ser testimonio del Amor del Padre para y desde el mundo”

La solución de la problemática social (P.O.Hesayne - 21 de Junio de 2015)

El Shalom…la PAZ real, la Paz que los Ángeles cantaron en torno a la cuna de Belén, reinaría en los hombres y mujeres de buena voluntad, si la sociedad humana mundial resolviera, a favor de si misma, el conflicto social del trío que señala Francisco en su Encíclica sobre la Ecología:

                         TIERRA          

     TECHO                  AGUA

NOS VAMOS A DETENER EN EL TEMA DE LA TIERRA.

Es el tema eje para solucionar la problemática social política de  Pueblos y Naciones. Quizá sea el tema social más difícil de solucionar. Por eso, es tan irritante en la comunidad humana. De hecho es el desafío mayor que se les presenta a empresarios rurales cristianos.

No obstante su difícil solución, no se debe soslayar. Es la clave para encarar una solución de fondo y realista de múltiples y diversos problemas sociales y políticos que aquejan a la humanidad actual. De ahí el interés  de que sea conocido a nivel mundial, buscando en actitud madura, una solución con  equitativa justicia social

A continuación  seguimos transcribiendo el texto que  venimos comentando, desde el Domingo pasado,  en este espacio que nos ofrece el Diario El Tiempo

“Este encuentro nuestro responde a un anhelo muy concreto, algo que cualquier padre, cualquier madre quiere para sus hijos; un anhelo que debería estar al alcance de todos, pero hoy vemos con tristeza cada vez más lejos de la mayoría: tierratecho y trabajo. Es extraño pero si hablo de esto para algunos resulta que el Papa es comunista.

No se entiende que el amor a los pobres está al centro del Evangelio. Tierra, techo y trabajo, eso por lo que ustedes luchan, son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social de la Iglesia. Voy a detenerme un poco en cada uno de éstos porque ustedes los han elegido como consigna para este encuentro.

Tierra. Al inicio de la creación, Dios creó al hombre, custodio de su obra, encargándole de que la cultivara y la protegiera. Veo que aquí hay decenas de campesinos y campesinas, y quiero felicitarlos por custodiar la tierra, por cultivarla y por hacerlo en comunidad. Me preocupa la erradicación de tantos hermanos campesinos que sufren el desarraigo, y no por guerras o desastres naturales. El acaparamiento de tierras, la deforestación, la apropiación del agua, los agrotóxicos inadecuados, son algunos de los males que arrancan al hombre de su tierra natal. Esta dolorosa separación, que no es sólo física, sino existencial y espiritual, porque hay una relación con la tierra que está poniendo a la comunidad rural y su peculiar modo de vida en notoria decadencia y hasta en riesgo de extinción.

La otra dimensión del proceso ya global es el hambre. Cuando la especulación financiera condiciona el precio de los alimentos tratándolos como a cualquier mercancía, millones de personas sufren y mueren de hambre. Por otra parte se desechan toneladas de alimentos. Esto constituye un verdadero escándalo. El hambre es criminal, la alimentación es un derecho inalienable. Sé que algunos de ustedes reclaman una reforma agraria para solucionar alguno de estos problemas, y déjenme decirles que en ciertos países, y acá cito el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, “la reforma agraria es además de una necesidad política, una obligación moral” (CDSI, 300).

No lo digo solo yo, está en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Por favor, sigan con la lucha por la dignidad de la familia rural, por el agua, por la vida y para que todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra.”  (CONTINUARÁ)

                                                                        Miguel Esteban Hesayne

                                                                           mehm@fibertel.com.ar