Instituto Cristífero

“Para ser testimonio del Amor del Padre para y desde el mundo”

Evangelio y compromiso social político (P.O.Hesayne - Homilía 29.07.2018)

Si los Pastores de hoy, obispos y sacerdotes, impulsados por el Espíritu del Resucitado animamos una pastoral tal como enseña el Magisterio de la Iglesia, levantaremos la reacción del poder de Gobiernos ideologizados y del Dinero. Pero sabemos que es tomar el camino del Evangelio para anunciarlo a la periferia más alejada del mensaje evangélico.

Felizmente el Episcopado Argentino y demás pastores de la Iglesia de Jesucristo, tenemos un testimonio en nuestros días que nos anima a ser testigos del Evangelio, hasta la sangre si fuera preciso. Un corte perfecto de Iglesia, pastores y laicado, cada uno en su propia misión, serán declarados nuestros primeros mártires contemporáneos porque entregaron sus vidas a evangelizar a los pobres y a promover el compromiso social político en sus propias comunidades. El 4 de agosto próximo serán beatificados el obispo Enrique Angelelli, los dos sacerdotes misioneros Carlos Murias y Gabriel Longueville, y el laico dirigente del movimiento rural de Acción Católica Wenceslao Pedernera.

No tengamos miedo, no temamos, Jesucristo el Señor de la historia y de la Iglesia, nos acompaña. Y nuestro Papa actual animándonos a anunciar el Evangelio con la alegre esperanza de un mundo de justicia y paz, con voz profética escribe en su carta pastoral Evangelii Gaudium N° 183: “Por consiguiente, nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional, sin preocuparnos por la salud de las instituciones de la sociedad civil, sin opinar sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos. ¿Quién pretendería encerrar en un templo y acallar el mensaje de san Francisco de Asís y de la beata Teresa de Calcuta? Ellos no podrían aceptarlo. Una auténtica fe —que nunca es cómoda e individualista— siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra. Amamos este magnífico planeta donde Dios nos ha puesto, y amamos a la humanidad que lo habita, con todos sus dramas y cansancios, con sus anhelos y esperanzas, con sus valores y fragilidades. La tierra es nuestra casa común y todos somos hermanos. Si bien «el orden justo de la sociedad y del Estado es una tarea principal de la política», la Iglesia «no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia». Todos los cristianos, también los Pastores, están llamados a preocuparse por la construcción de un mundo mejor. De eso se trata, porque el pensamiento social de la Iglesia es ante todo positivo y propositivo, orienta una acción transformadora, y en ese sentido no deja de ser un signo de esperanza que brota del corazón amante de Jesucristo. Al mismo tiempo, une «el propio compromiso al que ya llevan a cabo en el campo social las demás Iglesias y Comunidades eclesiales, tanto en el ámbito de la reflexión doctrinal como en el ámbito práctico»”.

En consecuencia, los Pastores de la Iglesia entreguemos tiempo pastoral para formar un laicado lúcido en un compromiso social político que siembre en la sociedad argentina, la justicia social tan largamente esperada[1].

Pasemos entonces de una economía de acumular, a una economía del compartir en justicia distributiva; y así cumpliremos la voz de orden del mismo Jesucristo a sus discípulos ante una muchedumbre hambrienta: “denles ustedes de comer” (Mc 6, 37).

 

                                                                                  Miguel Esteban Hesayne

                                                                                  Obispo emérito de Viedma

 


[1] CEA. Navega Mar adentro.