Instituto Cristífero

“Para ser testimonio del Amor del Padre para y desde el mundo”

Nuestro Carisma

“Reunidas” en Iglesia constituimos una fraternidad de consagradas a Dios, para ser TESTIMONIOS VIVIENTES DEL AMOR DEL PADRE en medio de la vida común de personas empeñadas en cualquier actividad compatible con la vida cristiana. Este ser TESTIMONIOS VIVIENTES DEL AMOR DEL PADRE al interior de los ambientes de la sociedad civil que nos toca vivir lo concretamos a la luz de la vida de María Santísima, en el MISTERIO de la VISITACIÓN.

A nivel FE, nos sentimos enviadas y por lo tanto en permanente y cuidosa escucha de la PALABRA DE DIOS, atentas a los signos de los tiempos y en actitud fundamentalmente dialogal, a la manera de María Santísima que contemplaba todo el acontecer en torno a su HIJO y lo repensaba en su corazón de Virgen y Madre.

Consagradas, enviadas, atentas a la PALABRA de DIOS nos transformamos en mujeres de oración. Orantes en todo tiempo y lugar nos hacemos mujeres de acción evangelizadora en pleno mundo, iluminando y dinamizando desde dentro las estructuras temporales.

Nuestra consagración es misión, cuando la PALABRA que escuchamos se hace vida en cada una y esto es posible cuantas veces aceptamos plenamente la BUENA NOTICIA DE JESÚS que proclama “QUIEN COME MI CARNE Y BEBE MI SANGRE TIENE VIDA”. Por eso en nuestro estilo de vida la EUCARISTÍA ocupa el lugar de CUMBRE y CENTRO para una vida en plenitud.


¿Qué es lo que hacemos?

Docencia en Goya - Corrientes

Desde el hoy de nuestra vida cotidiana, caminamos confiadas en Jesús el Señor, desde lo más íntimo de nuestro ser hacia la vida plena. Por eso hacemos de cada actividad y vivencia humana, personal y comunitaria, una presencia del Amor de Dios, en medio del mundo que nos toca vivir. Vivimos en nuestro mundo al ritmo de este tercer milenio, discípulas de Jesús, servidoras en todos los ámbitos de nuestra existencia laical: familia y profesión o tarea laboral o pastoral, según los casos.